Apriessa cantan los gallos e quieren quebrar albores, cuando llegó a San Pero el buen Campeador con estos cavalleros que·l' sirven a so sabor. El abbat don Sancho, cristiano del Criador, rezava los matines abuelta de los albores; ý estava doña Ximena con cinco dueñas de pro, rogando a San Pero e al Criador: — Tú, que a todos guías, val a mio Cid el Canpeador. — Llamavan a la puerta, ý sopieron el mandado. ¡Dios, qué alegre fue el abbat don Sancho! Con lunbres e con candelas al corral dieron salto, con tan grant gozo reciben al que en buen ora nasco. — Gradéscolo a Dios, mio Cid —dixo el abad don Sancho—, pues que aquí vos veo, prendet de mí ospedado. — Dixo el Cid: — Gracias, don abbat, e só vuestro pagado, yo adobaré conducho pora mí e pora mis vassallos; mas, porque me vo de tierra, dóvos cincuaenta marcos.

apriessa canta los gallos de quieren quebrar albores cuando llego a San Pero el buen Campeador con estos caballeros que sirven Lo probaré. El abad don Sancho, cristiano del Criador, ella reservó los matines abuelta de los albores; ý estava doña Ximena con cinco dueñas de pro, preguntando desde San Pero e al Criador: - Tú, que a todos guías, val a mio Cid el Canpeador. - Llamavan desde la puerta ý sopieron el mandado ¡Dios, qué alegre fue el abad don Sancho! Con lunbres y con candelas al corral dieron con tan Grant Gozo recibe al que en buen ora nasco - Gradéscolo a Dios, mío Cid -dixo el abad don Sancho-, Ya que te traeré aquí, él cuidará de mi invitado. - El Cid dijo: - Gracias, don abad, Pagué solo por ti yo adobaré conducho pora mí e pora mis vassallos; mas, porque me vo de tierra, dovos cincuenta marcos.